La Terapia Biodinámica Craneosacral trabaja la totalidad del cuerpo, desde la etapa embrionaria hasta el final de la vida. Se basa en el principio de la existencia de una serie de movimientos rítmicos llamados “mareas” que emergen de los tejidos y fluidos del cuerpo. La potencia y calidad con la que emergen y se transmiten por todo el organismo determina el estado de salud y vitalidad. Los diferentes ritmos pueden ser percibidos como un movimiento respiratorio sutil en todas las estructuras que componen el sistema craneosacral y que se transmiten también a todos los órganos, células y tejidos corporales.
El cuerpo memoriza en sus tejidos cualquier trauma físico o psíquico. El terapeuta aplica un contacto muy suave y percibe a través de sus dedos, los movimientos y cualidades sutiles de los ritmos internos para evaluar y tratar las resistencias y bloqueos que impiden la expresión libre de los biorritmos.
Está basada en el principio de que el cuerpo tiene toda la información que necesita para sanarse y mantener un estado de equilibrio. El terapeuta nunca impone nada sobre el cuerpo, ni fuerza al organismo a hacer algo para lo que todavía no está preparado. Es el mismo sistema del paciente el que lleva la directriz de su proceso de curación. En la medida que el proceso terapéutico se va desplegando la persona accede a profundos estados de descanso y relajación, aumenta su capacidad de adaptación y todo su sistema se empodera al reconectar con más recursos propios y con el estado de Salud.