Todos llegamos, más tarde o más temprano, al doloroso momento en que nos enteramos quién pone los regalos bajo el árbol el día de Reyes.
No sé si lo recordáis. Yo hoy he vuelto a ver cómo se encoge nuestro cuerpo de dolor en un momento de tanto cambio, en el que somos tan vulnerables y en el que necesitamos seguir creyendo en la magia, que la magia existe y que hay magia en la vida.
No dejes en vacío ese dolor, acompáñalo, guíalo a encontrar.
¿Quieres conocer la magia?
Empecemos por el momento en que apareció la magia en tu vida: una explosión de luz brilló como una estrella fugaz en el mismo momento en que fuiste concebido. Más adelante los científicos dijeron que eran partículas de Zinc, pero ¿a caso el hecho de que sea ciencia lo hace menos magia?
¡Continuemos! Durante toda tu gestación tuviste una hermana con súper poderes: la hermana placenta. Ella te quiso y te cuidó sobre todas las cosas, y sólo cuando sintió el amor que desbordaba a tu madre en oxitocina el día de tu nacimiento traspasó su magia a tus padres y se permitió descansar. Y aquí apareció la palabra mágica, el hechizo de todos, el AMOR.
Hoy sabes que cuando colocan un regalo bajo el árbol es el amor profundo que sienten por ti y la ilusión de verte feliz. Ese sentimiento es magia, magia de la buena.
Acompaña a tus seres queridos y a ti mismo a redirigir la mirada a la magia: el sol que nace, la flor que florece, el abrazo que abriga, la sonrisa, la mirada, la palabra…
La vida desborda magia, ¡LA VIDA ES MAGIA!
Paloma Fernández Fernández
Psicóloga Sanitaria, Terapeuta Gestalt
Colegiada AN07883