En estos días de vacaciones, donde en casi ninguna conversación te libras de «los kilos de más», las buenas intenciones de dieta y ejercicio… Os recuerdo que:
- Todo lo que no es movido por el amor es un daño, peor cuando es consentido y autoinflingido.
- Los efectos de cada “No” a ti, a tu cuerpo, a tu imagen, a lo que eres…, precisa seis “Síes” para ser neutralizado. Haz recuento de cuántos “No” aparecen al día en tu diálogo interno; ¡te sorprenderás! En un neurótico medio puede ser apabullante.
- El alimento es la madre y, por tanto, es vida. No consiste en limitar, cambiar ni juzgar, sino en tomar y agradecer. En esta actitud nada sobra, ni nada falta, mi cuerpo y mi apetito se equilibran en sintonía con mi alma.
- La primera gran nutrición, sin la que la vida no puede existir, es la caricia, el afecto y el amor. Todo alimento está vacío y siempre te quedarás con hambre si no nutres tu Ser.
- Precisamente lo que tuvimos en la infancia fue la negación, la limitación y la carencia de ese amor. Si repites este patrón, alimentas la herida.
Clarissa Pinkola nos recuerda en su obra Mujeres que corren con los lobos.
«Aunque hay muchas cosas buenas y nutritivas para el alma, casi todas ellas están incluidas en los cuatro grupos básicos de alimentos de la Mujer Salvaje: tiempo, sentido de pertenencia, pasión y soberanía.»
Haz acopio de ellos y deja que lo demás lo haga la naturaleza salvaje.
Paloma Fernández Fernández
Psicóloga Sanitaria, Terapeuta Gestalt
Colegiada AN07883