En numerosas ocasiones, los pacientes me preguntan si deben ponerse frío o calor ante una lesión o dolor muscular.
Si recordáis, en un post anterior escribí sobre el uso del hielo y recomendaba aplicarlo tras sufrir una lesión, un golpe, una caída… El frío ayuda a aliviar el dolor agudo del primer momento y a reducir la posible inflamación generada por el traumatismo. Si deseas leer el post completo, sigue este enlace: «Uso de hielo en las lesiones»
En esta ocasión os indicaré cuándo usar el calor, también conocido como termoterapia.
Efectos de la termoterapia
El calor produce:
- Vasodilatación: genera un aumento del flujo de sangre en la zona mejorando la oxigenación, el aporte de nutrientes a los tejidos, la eliminación de productos de deshecho y la aceleración de la recuperación.
- <Disminución de la presión arterial: el calor reduce la presión sanguínea. Un exceso de calor puede producir mareos, por lo que se debe tener precaución en su uso sobre todo a nivel cervical.
- Efecto sedante: el estímulo de calor de larga duración favorece la relajación muscular, evita el espasmo muscular, alivia la fatiga y ralentiza la conducción nerviosa de estímulos dolorosos.
- Disminución de la viscosidad del tejido conectivo denso regular: los tendones y ligamentos están compuestos por este tejido. El calor aumenta la elasticidad de estos disminuyendo la rigidez y el dolor.
Indicaciones
Tras un golpe, caída o lesión aguda se produce una respuesta inflamatoria que suele durar unas 72 horas. En esta primera fase se debe aplicar hielo. Transcurrido este periodo de tiempo, se puede emplear el calor como tratamiento.
La termoterapia está indicada en las afecciones dolorosas relacionadas con los músculos, tendones, ligamentos, articulaciones, y también en dolencias crónicas como procesos de artrosis (si no hay inflamación en la zona).
Contraindicaciones
No se debe aplicar calor:
- Después de la actividad física.
- Si el área está adormecida.
- Si hay una herida abierta o quemadura.
- Inmediatamente después de una lesión grave, puesto que el calor aumenta la inflamación e hinchazón.
- Si hay fiebre o fatiga por calor.
- Si hay afectación venosa, linfática o de la circulación arterial.
Como dato interesante, os diré que el calor alivia en casos de artrosis, pero puede empeorar una artritis.
¿Cómo aplicamos el calor en las lesiones?
La temperatura que se aplique debe ser superior a la fisiológica del organismo, pero que sea agradable y no queme. De esta forma, según la sensibilidad térmica de cada persona, la temperatura variará entre 38 y 45 grados centígrados. Se aplicará 20 minutos aproximadamente, revisando la zona cada cierto tiempo para evitar quemaduras y lesiones en la piel.
Al aplicar calor en la zona cervical hay que tener la precaución de que el exceso de calor puede provocar mareos por bajada de tensión.
Técnicas de aplicación de la termoterapia
Hay diversas formas de aplicar calor:
- Sólidos: mantas eléctricas, sacos, hot-packs.
- Semilíquidos: fangos, lodos, parafina, parafangos.
- Gas: aire seco (por ejemplo, utilizando un secador).
- Radiación: lámpara de infrarrojos, microondas.
Para usar en casa y como fuente de calor seco recomiendo la manta eléctrica, sacos de semillas, hot-packs…
Ante una lesión, lo recomendable es ponerse en manos de fisioterapeutas y osteópatas como los que encontrarás en Fissalud. Nosotros nos ocuparemos de tratar la lesión desde el origen y darte las mejores recomendaciones para acelerar la recuperación.
María Luis Fernández Fernández
Fisioterapeuta Osteópata
Colegiada 8037