¿QUÉ ES LA OBSTRUCCIÓN DEL CONDUCTO LAGRIMAL?

La función de las lágrimas es garantizar la limpieza y la lubricación de los ojos. Son producidas en la glándula lagrimal, que está situada en la parte superior externa de cada órbita.

De la glándula lagrimal ingresan al ojo a través de pequeños conductos ubicados en el párpado.

Una vez han cumplido su función en el ojo, van a desembocar por el conducto lagrimo-nasal a las fosas nasales, por debajo del cornete inferior, al meato nasal inferior, donde se evaporan debido al paso del aire por la nariz.

Aproximadamente un tercio de los recién nacidos no tienen completamente desarrollados los orificios dentro del conducto nasolagrimal. Esto produce una obstrucción y las lágrimas no pueden drenarse.

Esta alteración también es conocida como dacrioestenosis y puede aparecer en uno o ambos ojos. También puede ocurrir en los adultos, siendo constante o esporádica.

 

¿CÚALES SON LOS SÍNTOMAS Y RIESGOS DE LA OBSTRUCCIÓN DEL CONDUCTO LAGRIMAL?

Los bebés no producen lágrimas hasta que tienen varias semanas de vida, por lo que, si hubiera una obstrucción del canal, inicialmente pasaría desapercibida.

Si el bebé llora, o hace frío o viento (situaciones en las que se estimulan la secreción de lágrimas) y observamos que se acumulan en la esquina del ojo, corren continuamente por el párpado y la mejilla, hay una secreción amarillenta, mucosidad o enrojecimiento de la piel, es muy probable que nos encontremos ante un caso de obstrucción del canal lagrimal.

La obstrucción del conducto lagrimal puede conducir a una infección del saco lagrimal (dacriocistitis). Generalmente aparece una protuberancia en el lado de la nariz al lado de la esquina del ojo. El tratamiento requiere antibióticos orales y, a veces, vaciado quirúrgico del saco lagrimal.

La obstrucción del conducto lagrimal también puede aumentar la probabilidad de otras infecciones, como la conjuntivitis.

 

TRATAMIENTO: ¿OSTEOPATÍA O CIRUGÍA?

Cuando el lagrimeo se prolonga por más de ocho meses o se presentan infecciones de manera continua, puede ser necesario abrir el conducto quirúrgicamente. Este procedimiento requiere anestesia general y consiste en insertar una pequeña sonda a través del orificio del conducto.

Antes de llegar a la situación quirúrgica con todos los riesgos que conlleva el simple hecho de entrar en un quirófano y someterse a una anestesia, como Fisioterapeuta Osteópata especializada en Pediatría, recomiendo hacer un tratamiento osteopático.

Éste consiste en técnicas manuales muy suaves, nada invasivas y muy respetuosas con el bebé. Trataremos todos los huesos craneales relacionados con el canal lagrimal y con el meato inferior. Les daremos movilidad y flexibilizaremos el conducto lagrimal propiamente dicho para facilitar su desobstrucción de forma simple, rápida e indolora.

María Luis Fernández Fernández

Fisioterapeuta Osteópata
Colegiada 8037